martes, 2 de febrero de 2010

LA GATITA BLANCA




Durante su dilatada vida teatral Jackson Veyán , hizo incursiones en diversos géneros: cultivó desde el teatro en prosa, el drama, el juguete lírico, siendo uno de los representantes del “Genero Chico”, teatro por “horas”,la revista, la Zarzuela “seria” o Grande…y el género psicalptico. Una de las obras más características de este género , se estreno a las nueve y media de la noche de un 23 de diciembre de 1905 en el Teatro Cómico, “La Gatita Blanca”, denominada por sus autores como Humorada lírica en un acto y tres cuadros, música de los maestros Jerónimo Giménez y Amadeo Vives, y libreto de José Jackson Veyán y Jacinto Capella.



Muchas fueron “La Gatita Blanca”, pero entre ellas cabe destacar la insuperable “Julita Fons”, que estreno la obra y que recibió el aplauso y los piropos del Publio noche tras noche; y en México la insuperable María Conesa, que fue conocida ya con el sobrenombre de “La gatita Blanca” durante toda su vida.


Julita Fons

Desde la perspectiva actual, hoy no reiríamos con la candidez y el doble juego de las palabras del que se hace uso en la Gatita, pero al tiempo de su estreno la obra se consideró escandalosa. Uno de los números más graciosos por el “doble sentido”, además de los cuplets de la gatita


Un gatito muy travieso,

quiso conmigo jugar,

y me puso tan nerviosa

que le tuve que arañar.

Pero tan meloso,

se llegó a poner,

que al fin, convencida,

yo jugué con él.

Y tuvo unos juegos

el muy picarón,

que el muy sinvergüenza

me hizo a mí un chichón.

Y cuando aquel bulto

llegó a deshinchar,

con unos cuantos gatitos

nos pusimos a jugar.”




Es el número del chocolatito, cantado:



Servando : ¡Venga el chocolate!

Luisa: ¿Lo queréis los dos

con canela fina

que sabe mejor?

Servando: ¡A mí... canelita!

Periquín: También quiero yo.

Luisa: Pues ahí va canela

de la superior.

(Haciendo ademán de batir el molinillo uniendo las palmas de las manos.)

Dale ya, chiquillo,

dale al molinillo,

dale sin temor

porque el chocolate

cuando más se bate

resulta mejor.

Los dos Sí señor, sí señor;

darle al molinillo,

darle sin temor.

(Figuran batir el chocolate haciendo dar vueltas al molinillo.)

Luisa: Hay que hacer con cuidadito

que la lumbre no haga llama

porque así el chocolatito,

al hervir no se derrama.

Para ver si está deshecho,

entra y sale el molinillo

y al mirar que ya está hecho

se le sirve en el pocillo.

Los dos: ¡Qué sencillo!

Luisa: ¡Muy sencillo!

Los dos: Entra y sale el molinillo

y al mirar que ya está espeso,

me lo sirve en el pocillo.


Luisa: Moja un bizcochito

en mi pocillito

que está calentito

y te va a gustar.

Tú no hagas el tonto

que se enfría pronto

y como se enfríe

no te va a gustar.

Los dos: ¡Trae pa acá! ¡Trae pa acá!

En tu pocillito

mojo el bizcochito,

y qué rico está.

Luisa: Como es especial

este chocolate

nunca sienta mal.


Los dos: ¡Qué rico chocolatito!

¡Qué dulce y sabroso es!

Luisa: Si no basta un bizcochito

pueden mojar dos o tres.

Los dos: ¡Eso es! ¡Eso es!

Servando: Lo menos dos.

Periquín: Lo menos tres.

Los dos: ¡Eso es!, etc.

(Figuran mojar en el pocillo, imitando coger el bizcocho con la punta de los dedos.).




Al día siguiente al estreno la reacción de los periódicos no se hace esperar

“El entusiasmo con que el publico recibió anoche esta obra será discutible pero innegable. Hubo aplausos durante la representación, repeticiones de números, llamadas ae scena al final y en fin, señales evidentes del agrado y regocijo del concurso.

La Gatita Blanca es una prueba más de la crisis que padece el género chico. Éste género, persiguiendo la ganancia, se metamomorfosea al ínfimo.¿Que en los salones de cancionistas y bailarinas va mucha gente? Se han preguntado algunos autores y empresarios. Pues traslademos la psicalipsis del género ínfimo a los teatro por horas. Y así ocurre que , de algún tiempo a esta parte, los melodramas comprimidos se truecan en revistas vistosas de canciones picantes y bailes como el can-can, cake-walk, mattchiche y todo el repertorio de danzas voluptuosas.

La gatita Blanca pertenece á este último genero, en la obra esta toda la lira; cuples intencionados, tangos, can-can y la flamante machicha que esta haciendo furo en Paris, y que se ha trasladado á Madrid más o menos alterado por obra y gracia de sus adaptadores.



El "inmoral" baile de la Machicha

Y Como Jackson Veyán sabe muy bien donde aprieta el zapato, y es hombre ducho en achaques escénicos, hace resaltar la exposición coreográfica de La Gatita Blanca con unas cuantas escenas en la que abundan los chistes de color subido. Por su puesto que el publico del Cómico coge los equívocos al vuelo, y hasta las frases mas inocentes las con lo cual ni decir tiene que las risotadas no se interrumpen durante la representación. En ello se luci4on Julita Fons, cada vez mas guapa y cada día más desenvuelta…


(El Heraldo de Madrid 24/12/1905).


“La Gatita Blanca que pudiera llevar el subtitulo de “Sólo para hombres” no es ciertamente la obra más a propósito para celebrar la festividad de Noel.


Pertenece al género verde rabioso que ahora llaman “sicaliptico” y antes llamábamos simplemente obsceno.

El tango, el ca-can, la matchicha, toda la lira “pornográfica” se recorre en esta obra, que es en su clase un acabado modelo. El publico del Cómico-Hall compuesto en su mayoría por jóvenes alegres, aplaudió con frenético entusiasmo y ovaciones á los autores, á los actores, a los pintores y al maestro de baile.

Dediquemos un recuerdo a la peinadora, la modista injustamente olvidados. La Fons tan felina, la López Martínez tan guapa, Gonzalito y Vera en competencia, el coro y el baile y todos y todas, contribuyen al éxito “retumbante” como dicen allí, que es la espuma del champagne.

Con el ”El arte de ser bonita “ y “La gatita Blanca” ha fijado definitivamente sus orientaciones, dígase así, el antiguo Capellanes. Al menos allí no se engaña a nadie”


( El Imparcial 26/12/1905).



“Y digamos dos palabras de la Gatita Blanca. Como obra de circunstancia-digámoslo así- esta muy bien pensada, rojamente dialogada y preparada con suma picardía.

Jackson ha acreditado su puntería al dirigir su vista al balance mensual de su repertorio y justo es reconocer, que ha sabido dar en el bla o. Ha hecho una obra propia del teatro á que se destina…de los artistas únicamente Julita Fons vistió con gran lujo la obra y supo dar a su papel el color que requería las circunstancias. Se la celebró y se la piropeó de lo lindo…El sábado cayo el gordo en l Cómico en forma de gatia blanca. La sicalipsis se impone rabiosamente en los teatros chicos. No se aplaudió nunca á Teodora Lamadrid como se aplaudió á Julita Fons en el tango del chocolatito.

Vayan, vaan ustedes á ver La Gatita Blanca pero tomen la precaución de dejar en cas a la señora. Pasaran una mal rato, seguramente “


(El liberal 26/12/1905)



“ La Gatita Blanca es una inmundicia que las personas decentes deben de abstenerse de ver” ( La lectura Dominical 06/01/1906)


Pese a las criticas en los diarios de Madrid y de las provincias donde se estrena ( y más allá del "charco"), lo cierto es que la Gatita Blanca es una de las obras que reportó exitó y beneficios a Jackson Veyán, no siendo la única obra del género sicaliptico que escribió , y asi ya nos referiremos otro dia a obras como San Juan de Luz, El Gante Amarillo, ¡Apaga y Vamonos! etc...


Para los que no conozcan la obra recomiendo una grabación de CD que aún se puede encontar con Un puñado de Rosa